martes, 3 de julio de 2012

Mi amigo El Tiempo.


Tengo un amigo muy especial, que con prisa y sin  pausa esta ahi, de mi lado en cada momento de mi existir. Ha sido muy fiel a mi, generoso, solidario, honesto pero implacable a la vez porque siempre me cobra las cuentas, en oportunidades se ha demorado sin embargo, siempre debo saldar cuentas.

Hoy precisamente es uno de esos momentos donde con él saldo cuentas, pero por la misericordia de Dios mis saldos de cuentas son gratas, me hacen ir a la parte de mi vida que mas amo. Mis adentro.

Quiero compartir del Príncipe que les escribí hace ya un tiempo, es un ser súper especial con quien conjugo todos los verbos en todos los tiempos posibles y aún después de eso, mi corazón late con tanta rapidez; llora, ríe, canta, baila... es feliz, soy feliz. Una felicidad que conoce todos los colores del cielo sostenida únicamente por un amor superior a la razón del hombre DIOS.

Mi príncipe es mi inspiración, ese motor que genera en mí la fuerza superior para tener el valor de hoy compartir lo hermoso que es amar. Sabiendo que amar duele. Hiere. Lástima.

Llego a mí un dia de otoño, finales de octubre del 1996 un domingo espectacular, radiante, donde el sol brillada con toda luminosidad, pero igual a las películas y telenovelas rosa de las cuales soy una fiel fanática, fuimos flechados y rechazados a la misma vez mutuamente.

En aquel entonces, mi amigo el tiempo seguía su cruel curso, nos distanciaba y nos acercaba, yo por mi parte, a aquel príncipe lo idealizaba dia tras dia, en él iba depositando mis ilusiones sin siquiera imaginarme que podía ser posible que en algún momento de nuestras vidas pudiésemos crear ó tener un NOSOTROS.  Ese soñar lo viví unos largos 2 años de mi vida,  donde creció una amistad, distanciada pero honesta, sana, limpia. Para ese entonces ya tenía mis casi 20 vividos, confieso sentía que me quedaría para jamón.

 Y fue una noche mágica donde sin mas reparos tuvimos el valor para defender ese amor que de forma silenciosa nos había flechado. Nos había hecho sentir maripositas en el estómago, un cosquilleo en cada palabra. Un amor que habíamos construido con esmero, respeto, dedicación y con una enorme ilusión.

El amor y el tiempo fueron cobrando juntos vida en nosotros, fortaleciendo lo que una vez era una amistad, dos años después era un hermoso noviazgo, cargado de unas ganas inmensas de volar, ser grandes, autónomos, libres para elegir como darle experiencia a ese tornado que vivíamos con nuestro amor.

Como dos arquitectos en el amor fuimos construyendo lo que hoy es para nosotros lo mas importante Nuestra Familia.

Mi amigo El Tiempo resalta en lo físico el desgaste de su paso, pero a la misma vez enaltece lo que queda,  la plenitud de estar donde más te aman, donde tu más extraña cuando no estás.

CeSariNa VásQuez




1 comentario: